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Los escépticos creadores de la criptomoneda más popular del momento
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Un perro shiba inu mira directo a la cámara con una mezcla de reprobación, escepticismo y algo de ternura. Precisamente escepticismo es lo que genera el alza que ha experimentado dogecoin, la criptomoneda que lo usa como su logo. En lo que va del año, la criptomoneda ha subido 5.563%, ante lo cual el avance de 80% de bitcoin parece insignificante.
Esta criptomoneda, creada en 2013 como una "broma", alcanzó esta semana una capitalización de mercado por unos US$ 36.000 millones, pisándole los talones a Spotify, y -en un ejemplo local- casi tres veces mayor que la de Falabella.
La moneda se alimenta de una comunidad de unos 1,5 millones de “shibas” que se organizan en un foro de Reddit, y de una gran cantidad de memes diarios.
Elon Musk, en su cuenta de Twitter, ha sido uno de sus grandes impulsores, calificándola como "la cripto del pueblo".
Doge Barking at the Moon pic.twitter.com/QFB81D7zOL
— Elon Musk (@elonmusk) April 15, 2021
"No soy un cómplice de las criptomonedas. Hay cosas geniales que suceden en este espacio, pero las valoraciones no están relacionadas con eso. Solo son personas que especulan. Siempre lo han sido".
Este no es el diagnóstico de un escéptico de “las criptos”, sino de Billy Markus, uno de los creadores de dogecoin.
Markus, un ingeniero de software de 38 años, en Portland, contactó a Jackson Palmer en 2013, después de ver su tuit: “Invertir en dogecoin es lo que se viene”.
Palmer, un director de producto en Adobe Systems en San Francisco, creó la imagen de dogecoin y la registró como una broma. Era su respuesta a una naciente industria en la que cada semana aparecían nuevas criptomonedas que prometían innovar en tecnología, pero era simplemente una copia de bitcoin. Markus, quien había creado antes otra criptomoneda, acordó con Palmer crear la cripto “más ridícula posible”.
En una de sus últimas entrevistas, Palmer explicó que todo fue diseñado para que dogecoin tuviera un escaso valor y “muriera pronto”. Pero no pasó así.
Puede que sea la simpatía del shiba inu y los memes que lo acompañan, o la fuerte comunidad (de programadores y desarrolladores) que se creó alrededor, pero dogecoin no murió. Es más, ha sido adoptada como “la criptomoneda del pueblo”, dado que se puede adquirir apenas por centavos de dólar, en comparación con los más de US$ 50.000 que se requieren para comprar un bitcoin.
Palmer y Markus abandonaron el proyecto en 2015, después de lo que ambos han descrito, por separado, como un cambio radical en la comunidad cripto. En una columna para Vice, publicada en 2018, Palmer describe cómo el foco pasó de la innovación tecnológica a buscar ganancias rápidas.
Ambos creadores de dogecoin aseguran que vendieron o donaron todas las doge que tenían y entregaron el control a un grupo de desarrolladores de la comunidad. Palmer siguió en Adobe y se convirtió en una especie de “evangelista”, alertando sobre la irracionalidad que domina este mercado.
"En muchos sentidos, 2017 marcó el año en que las criptomonedas dejaron de ser un vehículo de intercambio entre pares tecnológicamente innovador y se convirtió en un nuevo mercado de valores no regulado. 2017 también fue el año en que las mismas instituciones que Bitcoin pretendía desmantelar en un principio han comenzado a cooptarla para obtener beneficios", escribió Palmer en la mencionada columna.
Una de las últimas entrevistas de Palmer fue para Bloomberg y un par de chats de criptomonedas hace dos años. Palmer cerró su canal de YouTube, mantiene una cuenta de Twitter privada solo con el fin de evitar que alguien pueda usar su identidad, y en su website afirma: “No he estado involucrado con el proyecto Dogecoin o el espacio de la criptomoneda en muchos años. No tengo ninguna idea que compartir sobre estos temas".
Markus reactivó por tiempo completo sus cuentas de Twitter y Reddit desde el 31 de enero pasado. Lo hizo para denunciar el acoso que sufría de personas demandando que cree nuevas criptomonedas o haga mejoras a dogecoin. Desde entonces, sus posteos son un recordatorio del valor de la comunidad de dogecoin, celebración de innovaciones con blockchain, difusión de memes, pero la mayor parte la dedica a cuestionar las valoraciones detrás de dogecoin.
"La gente habla de que Dogecoin llegue a 1 dólar, lo que haría que su capitalización de mercado fuera mayor que la de empresas reales que prestan servicios a millones de personas, como Boeing, Starbucks, American Express, IBM. ¿Se merece eso Dogecoin? Eso no es algo que pueda comprender, y mucho menos responder”, escribió Markus en Reddit.
Cuando le piden su consejo sobre si vender o mantener posiciones en doge, Markus evita dar consejos e invita a sus interlocutores a educarse y tomar sus decisiones con argumentos, y no porque un grupo de extraños en un foro dice que es “cool” tener doges y tienen miedo a “quedarse fuera”.